Google está evaluando la introducción de opciones de pago para características avanzadas en su motor de búsqueda, integrando la inteligencia artificial generativa.
La revelación, que emergió de informaciones del prestigioso Financial Times, indica que Google podría estar a las puertas de introducir un muro de pago, una estrategia que nunca antes había aplicado a su producto insignia. La propuesta subraya la intención de Google de ofrecer funciones de búsqueda enriquecidas por IA dentro de sus paquetes de suscripción premium, marcando un punto de inflexión en su enfoque de monetización.
Este enfoque pionero surge en un contexto de intensa competencia y transformaciones tecnológicas. Casi dieciocho meses después del lanzamiento de ChatGPT, Google reconoce la necesidad de innovar frente a las tecnologías disruptivas que podrían amenazar su predominio en el ámbito publicitario. La inclusión de su asistente de IA, Gemini, en herramientas como Gmail y Google Docs, ejemplifica su exploración de nuevos horizontes de valor añadido para los usuarios.
A pesar de este cambio de paradigma, Google asegura que su buscador convencional permanecerá accesible sin costo, manteniendo la publicidad como una constante incluso para los usuarios premium. Esta estrategia refleja un equilibrio delicado entre innovar en su oferta y preservar el acceso universal que ha caracterizado a Google desde su creación.
En el último año, Google reportó ingresos por $175 mil millones provenientes de su motor de búsqueda y la publicidad asociada, evidenciando la magnitud del desafío que representa la integración de la IA sin comprometer su principal fuente de ingresos. La experimentación con la Search Generative Experience (SGE), que proporciona respuestas detalladas a través de “instantáneas impulsadas por IA”, ilustra tanto las oportunidades como los costes asociados a esta vanguardia tecnológica.
La implementación limitada de la SGE, restringida a un grupo selecto de usuarios, incluyendo suscriptores de Google One, sugiere un enfoque cauteloso hacia esta innovación. Google navega por aguas inexploradas, equilibrando las exigencias de un mercado en constante evolución con las limitaciones técnicas y financieras que implica la adopción masiva de la IA.
Mientras tanto, competidores como Microsoft, en alianza con OpenAI, han avanzado en la integración de capacidades similares en su motor de búsqueda Bing, a través de GPT y el chatbot Copilot. Aunque estas innovaciones no han alterado significativamente la dinámica competitiva del mercado, subrayan la carrera tecnológica en la que Google no puede darse el lujo de quedarse atrás.